

No fue difícil ponerse por un momento en el lugar de una niña que espera tras la ventana la llegada de su madre, ni imaginar qué se siente cuando estamos deseando que alguien llegue, ni mucho menos lo que sentimos cuando llega. El poema de Jorge Luján nos llegó, primero a través de las sugerentes imágenes de Mandana Sadat, luego como un susurro al oído.
Intuimos el poema y luego lo leímos. Nos quedaron ganas de más dibujos, de más poesía, y juntas ilustramos algunos poemas que también hablaban de personajes que difícilmente olvidaremos. Lo mejor de todo: el público.
No hay comentarios:
Publicar un comentario